[1] Gabriel Perpinyà (pbro. Ville Pratorum Regis, se simul cum Patre Ignatio profectum fuisse cum navi Romam uersus; adolens esset aetatis quindecim annorum): Recitabat se uidisse in continua oratione dicktum Prem. Ignatium in naui et sub tegmine nauis in locis inferioribus et solis. In quo itinere nunquam uidit eum cenare, sed esse quotidie contentum vna comestione, quam sibi ministrabat dictus commendador Sancti Joannis, qui uidens illum in habitavili, et pauperis, et in oratione assiduum, eum adjunxit sibi gratis et amore Dei in itinere comensalem. (Scripta II, MHSI 56, tr. 710).
[2] San Giacomo degli spagnuoli, do đức giám mục Alfonso Paradinas của giáo phận Ciudad Rodrigo (Tây Ban Nha) thành lập năm 1469. Xem Ricardo García-Villoslada, San Ignacio de Loyola, Nueva Biografía, tr. 241.
[3] Xem Braulio Manzano Martín, Ínigo de Loyola, peregrino en Jerusalén, tr. 126.
[4] Từ năm 1342, Dòng Thánh Phanxicô được Tòa Thánh giao việc trông coi Đất Thánh, đồng thời tiếp đón và hướng dẫn khách hành hương.
[5] Theo Dalmases, El Maestro Padre Ignacio, tr. 90-91.
[6] Hk 35-54.
[7] Xem MI, Scripta II, MHSI 56, tr. 381, 387tt, 709-710.
[8] Xem Braulio Manzano Martín, S.J., Ínigo de Loyola, peregrino den Jerusalén, tr. 13-17.
[9] J. W. Reites (Ignacio y los musulmanes de Tierra Santa, Manresa 205, 1980, p. 291):
Hay un para parrafo en la “Vida Christi” de Ludolfo que merece ser copiado integro, ya que comunica una nostalgia por Tierra Santa que tuvo que influir de algun modo en el nuevo converso Inigo:
“Santo e piadoso ejercicio es por cierto contemplar la tierra sant a de Jerusalén, pues que todas las Iglesias de nuestro Redentor no ha la dejan de noche e de día de acompanar; pues que aquel coberano rey nuestro. Cristo, morando en ella, e alunbrandola con su palabra e doctrina, la consagró al fin con su preciosa sangre. E como quiera que esto ansí sea, mucho es aún negocio más deleitable verla con los ojos corporales e revolverla con el entendimiento, pues que en cada uno de sus lugares el Senor obró nuestra salud. ?Quién puede contar cuántos devotos discurren e andan por cada lugar della, e con espíritu inflamado besan la tierra, adoran e abrazan los lugares en que saben e oyen que nuestro Senor estuvo o se asentó o fizo alguana cosa? E estos a veces hieren sus pechos, a veces derraman lloros e gemidos, a veces envían sospiros al cielo con gestos lamentables, e con devoción; e a tiempos con la contrición que muestan de fuera, según que verdaderamente la tienen de dentro, provocan a lágrimas a los moros. ?Que diré de los patriarcas Jacob, Joseph e de sus hermanos? Ca porque en aquella tierra no se pudieron ver vivos eligieron e desearon morir en ella e tener allí (como las tuvierron) sus sepulturas. ?Para qué diré más? Por cierto que debemos gemir e llorar pao la pereza e tibieza que tienen los principes cristianos de muestro tiempo, pues que teniendo tqntos ejemplos delante son tan flacos e indevotos para la ganar de manos e poder de los enemigos, pues que la consagró el Senor con su preciosa sangre? (Trích dẫn Leturia, La conversión de San Ignacio, AHSJ V, 1936, p. 1-35).
[10] Mặc dầu điều này các anh em khác trong nhóm không thực hiện được, nhưng có ngƻ� thiện như ban đầu.
